jueves, 26 de marzo de 2009

ANTE PRÓXIMA CANONIZACIÓN DE DAMIÁN

Canonización de Damián de Molokai: ¿compromiso o farándula?

Enrique Moreno Laval sscc

Estamos a menos de siete meses de la canonización de nuestro hermano Damián de Molokai y ya, en muchos lugares de la Congregación, los preparativos para celebrar este acontecimiento han comenzado con toda celeridad. En Europa, especialmente en Bélgica, Francia y España, los grupos de viajeros a Roma para el domingo 11 de octubre de 2009, se están organizando sin perder un minuto de tiempo. En Estados Unidos la expectativa crece día a día, especialmente en el Estado de Hawai, y no se duda en decir que se trata de un santo estadounidense (hawaiano), “aunque haya nacido en Bélgica”. También entre nosotros, a más distancia geográfica, pero en plena cercanía de comunión, vamos preparando el corazón para ese acontecimiento que ya nos llena de entusiasmos y desafíos.

¿Por qué entusiasmos? Porque nos alegra el corazón este reconocimiento eclesial universal de uno de los nuestros, nuestro primer hermano reconocido como santo. No podemos disimular nuestro ambiente de fiesta por lo que viene y es justo que festejemos. Imagino que en todos los lugares del mundo donde esté nuestra Congregación de hermanos y hermanas, la celebración será hermosa, conmovedora, festiva. Nos vestiremos “de gloria” con las ropas de Damián.

¿Por qué desafíos? Porque – ¡cuidado! – ese entusiasmo se nos puede convertir en sentimiento frívolo y superficial, en vanidad fácil y orgullo engañoso, en farándula. ¿Podríamos acaso celebrar a Damián en su amor extremado por los más excluidos, mientras cómodamente repasamos su historia sin movernos de nuestras seguras instalaciones, sin arriesgar la vida por lo otros, buscando excusas para permanecer indiferentes, indolentes, ante el sufrimiento humano? Éste es nuestro desafío: dejarnos interpelar por Damián tan radicalmente como Damián se dejó interpelar por Jesús. Y tomar decisiones. Y arriesgar. Y darlo todo.

Si tan sólo nos contentamos con felicitarnos “con mano ajena”, de la mano de Damián, sin optar por los más pobres como él lo hizo, entonces que nos libre Dios de vernos transformados en otros simples comediantes como tantos. Porque la memoria de la entrega de Damián, a la manera de Jesús (“Los amó hasta el extremo”, Juan 13,1), sólo puede llenarnos de ganas de darlo todo por los pobres de la tierra, como lo hiciera Damián con los leprosos de Molokai.

Habrá que sacar las consecuencias. La primera, radicalizar nuestro compromiso evangélico sin excusas, siendo creativos y audaces para llevar a cabo gestos nuevos y significativos. Enseguida, velar (con estricta vigilancia interior) por hacer de esta fiesta una celebración sobria, austera, sin gastos extraordinarios, sin grandes viajes, a la manera como celebran los pobres sus fiestas. Finalmente, privarnos de admirar a Damián y de propagar su devoción si no somos capaces de seguirlo como él siguió a Jesús: con coherencia.

11 comentarios:

  1. Me parec buen artículo

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  2. Gracias por excelente comentario.

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  3. Excelente artículo,contundente,claro.

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  4. Que responsabilidad nos corresponde asumir
    con este articulo.

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  5. Damian ha sido siempre un ejemplo que nos impulsa y nos invita a dar de lo que somos, creo que tenemos que ser tambien coherentes, y alegrarnos por este hermano y amigo que será santo, pero comprometernos aun mas por ese servir a los que nadie quiere servir y hacerlo con amor, desde lo que somos , desde lo que tenemos ,la oportunidad se nos presenta todos los dias...

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  6. Excelente comienzo. Ojalá que se actualice permanentemente este espacio de debate con la opinión de mucha gente que aprecia a la congregación que tanto bien le ha hecho en la historia a nuestro país.

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  7. Gracias Enrique por tu reflexion. realmente Damián nos cuestiona en su radicalidad, ojalá este tiempo, este año sea para nosotros (desde donde estemos y quienes seamos) emprender iniciativas en favor y con los más pobres. Con los "leprosos" de nuestros barrios, creando comunidad, amor, amistad y REINO de DIOS.
    gracias...

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  8. Escuché de Damián hace años en el CPJ. Que bueno que sea santo, porque testimonios como el suyo nos ayudan a todos. Ojalá haya muchos curas y cristianos como Damián, al lado de los pobres. Gracias.

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  9. Rainnier Leiva H.3 de abril de 2009, 8:33

    Daminan es una invitación constante a revisar nuestra vida, donde a diario, se produce la disociación entre lo que es la vida que llevamos y nuestros actos como catolicos seguidores de la Buena Nueva.

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  10. Sin duda que la canonización de Damián de Molokai ES UN COMPROMISO DE COHERENCIA para todos los que pretendemos vivir al modo de Cristo y muy en particular para nuestra comunidad parroquial; una de nuestras siete comunidades se llama Padre Damián y también nuestra vecina Parroquia que nació de la división de esta Parroquia de San Pedro y San Pablo, Damián de Molokai. Más que sentirnos orgullosos por esta cercanía de nombre con "San Damián de Molokai", será a partir de ahora un permanente compromiso de mirarnos al espejo de cristo como lo supo hacer nuestro hermano Damián.

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  11. "Damián es fe de Dios" que asume la defensa de los pobres comprometido con cada uno de los que ha llegado a este mundo.

    Es un texto que me pregunta ¿Si voy a seguir contentándome con el “decir”, o me decidiré a “hacer. Sin duda no me deja impasible leerlo me golpea me arrastra me quema y me anima a seguir buscando las huellas de Jesús amándolo y no negándolo.

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SS.CC. DEBATES. Gracias por compartir tus comentarios.