miércoles, 11 de agosto de 2010

SOBRE OTROS INDULTOS

¿Puede haber indulto para los bautizados?
Reflexiones de un Laico SSCC

Que el gobierno adopte los criterios de "justicia con clemencia" y los aplique previa revisión “caso a caso”…pareciera ser la propuesta de la conferencia episcopal con motivo del bicentenario.
Este aporte que ha presentado la conferencia episcopal al presidente de la república para que se pudiera discutir y concretar, me ha llevado a mirar con optimismo esta nueva manera en que al parecer nuestros prelados quieren aplicar criterios ante situaciones de dolor y los errores que a la luz de la moral católica han cometido algunos bautizados.
Estoy pensando en qué ocurriría si nuestros pastores suspendieran algunas reuniones, viajes, cursos, asambleas y se abrieran al “caso a caso”; abrieran su mirada, su corazón, para escuchar a cientos de miles de bautizados que se han alejado de la comunidad eclesial, que se han sentido marginados; y que escuchen con clemencia a tantas y tantos que han sido marginados de la participación plena de la comunidad y están “privados del alimento”, privados de participar de esta llamada “mesa para todos”, que resulta ser, lamentablemente como en tantos otros aspectos de nuestra vida social, como en lo económico por ejemplo, una “mesa sólo para algunos”.
Qué doloroso resulta, ver cómo aquellos que más necesitan de esta mesa de todos, no pueden participar plenamente de ella. ¿Vemos necesidad de clemencia, de misericordia en esta situación que vivimos en el seno de la propia iglesia? ¿No creen que al revisar caso a caso, atreviéndose a dejar entre paréntesis el derecho canónico, la ley, para aplicar la ley que nos propuso el mismo Jesucristo, y este perdonar setenta veces siete que nos recuerda el arzobispo de Santiago, nuestra comunidad eclesial no viviría una transformación maravillosa?
Se necesita tiempo para escuchar el alma de la comunidad, que son las personas, de lo contrario se sigue desconociendo las verdaderas necesidades de la gente. Recuerdo el pasaje del evangelio en que Jesús luego de conversar y conocer al ciego de Jericó le pregunta: ¿qué quieres que haga por ti?, ¿qué necesitas? Pareciera tan evidente a todas luces cuál es la necesidad del ciego, sin embargo, Jesús, no adivina la necesidad, no anticipa respuestas ni recetas ni sermones sin antes ir al corazón del otro, donde están las necesidades propias y originales de este legítimo otro, preguntas tan necesarias. Pero para ello hay que detenerse, conversar, no temer a perder el tiempo escuchando, ampliando las horas de oficina en que los sacerdotes escuchen a la gente, y en que los obispos escuchen a sus sacerdotes, donde les puedan preguntar, ¿qué quieres que haga por ti?, ¿qué necesitas? Y comprometerse con la situación de las personas y con las respuestas que necesitan.
No con motivo del bicentenario, sino con el motivo urgente de volver al Evangelio, es que quienes formamos parte, activa o no, de esta comunidad congregada por la utopía cristiana, tenemos la responsabilidad de hacer una profunda reflexión y generar espacios para un diálogo abierto al espíritu, dejando que sople, que cuestione, que movilice, que transforme. Me parece que no podemos esperar que las transformaciones vengan desde la jerarquía eclesial, sino que como en otros momentos del devenir histórico de nuestra comunidad, los vientos de cambio han venido desde el alma y el corazón de la Iglesia que son sus comunidades formadas por los hombre y mujeres del día a día, quienes junto a sus pastores cercanos, conjugan la dimensión profética del bautismo en sus compromisos cotidianos, en la celebración sencilla de la fe, en la acogida, en el partir el pan y el repartir los pescados.
Creo que nuestra Iglesia puede volver al Evangelio, citar más los pasajes de Mateo, Marcos, Lucas y Juan que las empolvadas encíclicas, creo en el desprendimiento de los lastres del poder y de los absolutos, creo en la fuerza del espíritu que sopla, creo en el “sensus fidelium” (el sentir de los fieles), creo en que la encarnación ha santificado nuestra humanidad y creo en el amor incondicional de Dios, que acoge, perdona, acompaña e invita a todos a sentarse a su mesa.
Invito a enriquecer estas desordenadas, pero genuinas ideas para construir un espacio de reflexión que seguramente no tendrá más espacio que el de la complicidad de nuestros propios textos.

3 comentarios:

  1. me parece excelente el artículo y muy atinado en su propuesta. es preciso que como Iglesia, especialmente la jerarquía, se den muestras más concretas de que en su interior se intenta vivir aquello que se pide para afuera. creo que muchas veces sí ha sido posible pero otras no y ante ellas creo que es necesario transformar. conozco muchísima gente que por diversos motivos se ha separado o convive felizmente con otra persona durante años y años y que no pueden acceder a compartir en plenitud la eucaristía, eso me parece escandaloso y marginador. al parecer preferimos concentrar la "moral cristiana" sólo en cierto tipo de temas y a otros les hacemos vista gorda. asimismo creo que, asi como Iglesia nos resulta escandalosa la pésima distribución de los bienes y riquezas en nuestro querido chile, hay una pésima y escandalosa distribución de sacerdotes al interior de ella, siendo un clarísimo ejemplo lo que sucede en stgo. la zona cordillera tiene cuatro veces más sacerdotes que la zona sur de stgo siendo que esta última es 12 veces mayor en cantidad de gente.... ¿no es esto también un escándalo?
    ojala sigamos caminado en pro del Evangelio de Jesús y construyendo esa ansiada mesa para todas y todos.

    Francisco de ferari, sscc

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  2. Puede ser entendible que una persona, cuando ha tenido un fracaso matrimonial, se abstenga de comulgar un tiempo, como parte de un camino de conversión y revisión de su vida. Esto vale en cualquier situación en que uno tenga conciencia de pecado. Pero mantener esa imposibilidad de comulgar en el tiempo, sobre todo cuando la persona ha consolidado una nueva situación familiar positiva y estable, es inentendible. El argumento "teológico" para justificar esto no se entiende. Si creemos de verdad que lo más importante en nuestra vida es la comunión con Jesús y, por tanto, la participación en la eucaristía, debiera haber muy pocas situaciones en que se priva a alguien de la comunión. Sólo en situaciones en que la ruptura de la comunión (con Dios, con los demás)es evidente, permanente y sostenida por mi egoísmo y desprecio al otro. Sergio.

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  3. ES MUY ACERTADO TODO LO QUE SE PLANTEA EN EL ARTÍCULO.ENTUSIASMA...DÁ ESPERANZA.
    OTRA IGLESIA ES POSIBLE:UNA IGLESIA PLURALISTA.
    LA FE CRISTIANA ES UN CAMINO PARA RECORRER QUÉ SUPONE BÚSQUEDAS...LA BÚSQUEDA MÁS HERMOSA ESTA EN EL EVANGELIO.SÓLO ESO.
    JESÚS NACIÓ,VIVIÓ Y MURIÓ COMO EL MÁS POBRE DE LOS POBRES.
    NOS MOSTRÓ CUÁL ERA EL CAMINO A SEGUIR:JUSTAMENTE NO HABLÓ DE EXCLUIR.HIZO TODO LO CONTRARIO.Y ES LO QUE NO VEMOS COMO IGLESIA.
    JESÚS EN SUS REVOLUCIONARIAS Y LIBERADORAS ENSEÑANZAS NOS DICE QUE ESTEMOS CON LOS MÁS POBRES Y ABANDONADOS.
    NO SÓLO CON LOS QUE TIENEN HAMBRE,LOS SIN TECHO,LOS NENES QUE ANDAN POR LOS BARRIOS DESABRIGADOS Y DESCALZOS,LAS GUAGÜITAS QUE MUEREN DESNUTRIDAS,LOS SALARIOS INJUSTOS,LAS MUERTES INDIGNAS,LOS QUE NO TIENEN VOZ,LOS QUE YA NO TIENEN OPORTUNIDADES,LOS NENES Y JÓVENES DROGÁNDOSE PARA OLVIDARSE DEL HAMBRE POR UN RATO,LA GENTE QUE SUFRE ABUSOS,LAS MUJERES GOLPEADAS,LAS NIÑAS EMBARAZADAS Y PODRÍA ENUMERAR MUCHAS OTRAS NECESIDADES.
    TAMBIEN NOS PIDE QUE ESTEMOS CON LOS QUE NO PUEDEN ABRIR SU CORAZÓN,LOS QUE NECESITAN UNA SONRISA QUE LES DÉ ESPERANZAS,UN ABRAZO QUE LOS ESTIMULE,UNA PEQUEÑA ACCIÓN QUE MITIGUE EL DOLOR...
    Y CUÁNTAS VECES LOS CURAS,LOS RELIGIOSOS,LAS MONJAS,LOS LAICOS...LOS QUE SOMOS CABEZA EN LA IGLESIA,EN GRAL NO HACEMOS ESO, SINO QUE EXCLUIMOS TODO EL TIEMPO.
    ¿QUIÉNES SOMOS NOSOTROS PARA JUZGAR?PARA DECIR QUIÉN COMPARTE LA MESA...?
    ESTÁN EXCLUIDOS NUESTROS HNOS EN LOS QUE "ES VISIBLE EL PECADO";DIVORCIADOS,ANIMADORAS ADOLESCENTES EMBARAZAS POR EJEMPLO.
    ¿Y TODO LO QUE NO ES VISIBLE?NO QUEDARÍAMOS NI UNO,DESDE EL PAPA HASTA LOS LAICOS.
    SOMOS TAN EGOÍSTAS.NOS RASGAMOS LAS VESTIDURAS PORQUE DIVORCIADOS EN NUEVA UNIÓN COMULGAN Y VEMOS UNA PERSONA NECESITADA DE ALGO Y MIRAMOS PARA OTRO LADO.
    EL CLERO, LAS CONGREGACIONES QUE HACEN OPCIONES POR LAS PARROQUIAS Y COLEGIOS EN MEJOR SITUACIÓN EN LUGAR DE ESTAR EN LOS BARRIOS SENCILLOS.
    ESO TAMBIEN DÁ MUCHA IMPOTENCIA.
    Y PORSUPUESTO ESTÁ LA OTRA CARA DE LOS CURAS,RELIGIOSOS,MONJAS:DE LOS QUE HACEN UNA VERDADERA OPCIÓN POR LOS POBRES,QUE CAMINAN EN EL BARRO,QUE LLEGAN A CASAS MUY HUMILDES A COMPARTIR CON LA GENTE.ESTÁN ESCUCHANDO A LAS DISTINTAS COMUNIDADES,VIVEN AUSTERAMENTE,SUS CASAS ESTÁN EN LOS BARRIOS,SE INVOLUCRAN CON LAS NECESIDADES.
    Y TAMBIEN HAY LAICOS MUY JUGADOS.
    HAY PEQUEÑAS COMUNIDADES EN LAS PARROQUIAS EN LAS QUE LA GENTE HACE MUCHAS COSAS PARA QUE OTROS SALGAN DE LA EXCLUSIÓN SOCIAL...AUN TENIENDO MUCHOS OBSTÁCULOS POR PARTE DEL PÁRROCO.
    Y SIGUEN Y NO SOLO TRABAJAN EN LO MATERIAL,TAMBIEN COMPARTEN ORACIÓN,LA MESA DE LA EUCARÍSTIA,HACEN ADORACIÓN.

    SERIA MUY BUENO QUE SE DEJARÁN DE LADO TANTA REUNIONES,PROYECTOS,DOCUMENTOS QUE MUCHAS VECES QUEDAN EN EL CAMINO.
    COMO SI FUERA MÁS IMPORTANTE TENER GRANDES PROYECTOS QUE PEQUEÑOS GRANDES TESTIMONIOS.
    Y SE PIERDE LO ESENCIAL...LA ESPONTANEIDAD.
    LO QUE JESÚS HACÍA:ESCUCHAR,ESTAR,AYUDAR,COMPARTIR...
    CORREN ELLOS DE AQUÍ PARA ALLÁ,CORREMOS LOS ANIMADORES...¿Y HACIA DÓNDE?

    LOS QUE SENTIMOS PERTENENCIA CON LA CONGREGACIÓN TENEMOS EL CLARO Y FIEL TESTIMONIO DE DAMÍAN;ELIGIÓ,VIVIÓ Y MURIÓ PARA Y POR SUS LEPROSOS.
    UNA ENTREGA QUE ME IMPRESIONÓ DESDE QUE CONOCÍ SU VIDA.
    UN VERDADERO ACTO DE AMOR COMPLETO Y AUN TENIENDO EN CONTRA A EL OBISPO,AL PROVINCIAL,AL SUPERIOR...LO ANIMABA SU AMOR INCONDICIONAL A LOS MÁS NECESITADOS DE ESA ÉPOCA.
    ES DECIR QUE NO HACE FALTA ESPERAR QUE LAS JERARQUÍAS CAMBIEN,NOSOTROS PODEMOS EMPEZAR A CREER QUE NO ES UNA UTOPÍA,AUNQUE SIRVEN PARA CAMINAR.
    Y PENSAR,CREER QUE OTRA IGLESIA ES POSIBLE.
    UN ABRAZO LIBERADOR.
    ANA(MERLO-MORENO).

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