lunes, 13 de septiembre de 2010

BICENTENARIO Y PUEBLO MAPUCHE

Bicentenario y pueblo mapuche ¿Todos estamos celebrando?

Matías Valenzuela sscc

Es necesario reconocer que muchas cosas nos mueven a la alegría y que todos tenemos derecho a celebrar. Nuestro país, a diferencia de otros países andinos, no es demasiado festivo, no salimos a la calle a bailar y compartir la alegría que nos traen los aniversarios, patrios o religiosos. Por lo que las oportunidades para ese regocijo no deben ser desaprovechadas. Pero esta fiesta que se nos avecina, no es de todos, es decir, no todos sienten que tengan motivos para incorporarse a ella.

El caso más emblemático me parece que es el del pueblo mapuche, que ha ido siendo reconocido muy lentamente por el conjunto del país. Nuestros padres e incluso la generación a la que pertenezco (nacidos el ’73) no recibimos una formación que nos permitiera afirmar que Chile era un país pluricultural y que había en su interior habitantes que tenían idioma propio, raíces y cosmovisiones originarias. Los pueblos indígenas en Chile, desde el inicio de la vida republicana han sido invisibilizados. En el sentido de que se nos transmitió la imagen de un país homogéneo, con un tipo de habitante más o menos común a todos. Tanto fue así que muchas personas pertenecientes a estas etnias escondían su origen, cambiaban sus nombres, dejaban de usar su idioma y de expresar su cosmovisión a través de sus ritos. Fueron absorbidos por una cultura dominante, que los atomizó y los negó.

A lo anterior se agrega que en nuestro país la generación de riqueza, en parte, ha sido a costa de tierras ancestrales de estos pueblos, dejando muchas comunidades mapuches en la pobreza, siendo la zona de la Araucanía una de las más pobres de Chile. Esta situación ha ido variando poco a poco en el último tiempo, sobre todo con las leyes que han favorecido la entrega de tierras y aquellas normas que han otorgado becas indígenas para financiar la vida y los estudios. Esto último ha impulsado a muchos a reconocer sus raíces dejando de esconder lo que les es más propio. Pero todavía queda mucho por hacer, dando efectivo cumplimiento al Convenio 169 de la OIT (“Sobre Pueblos Indígenas y Tribales en países independientes”), que hemos ratificado. Entre otras cosas habría que caminar seriamente hacia un reconocimiento constitucional, lo cual va a generar un debate sobre el estatuto jurídico de un pueblo que existe al interior de un estado nación, como lo es el nuestro, pero que no se identifica con el conjunto de la población.

Nosotros no estamos acostumbrados a escucharlos, pero si uno pone atención al modo de expresarse de un mapuche, él hablará del “Estado Chileno” como un ente ajeno a su identidad, una institucionalidad que no le pertenece y que más bien lo ha desconocido. Un mapuche hablará sin pudor de “ustedes” refiriéndose en general a los “chilenos”, y a los que lo escuchemos nos provocará algo raro, porque diremos, “¡pero si nacimos en el mismo territorio!, ¡somos del mismo pueblo!”, pero parece que no es tan así. Nos falta escuchar más y poner más atención. Este camino ya ha sido iniciado. En muchas escuelas del sur de Chile se enseña la biculturalidad, o tri, si ustedes quieren. Los estudiantes de primero básico de esas escuelas aprenden mapudungún, castellano e inglés. Los hijos de muchos de los que lean esto, que hayan nacido en estos días tendrán que aprender a convivir con habitantes de su país que son de una cultura, de una raza y de un origen diferentes. Si no enseñamos la multiculturalidad desde ahora y con cariño, los estaremos enfrentando, desde ya, a luchas y conflictos.

La vida nos lleva por derroteros inesperados, incalculables, que son un don y una tarea permanente. Sólo Dios sabe, en su misterio insondable qué es lo que espera y anhela de cada uno de nosotros. A mi me tocó la gracia de ir a Temuco en un reciente fin de semana (2-4 de septiembre), a un encuentro teológico sobre el pensamiento y el testimonio de nuestro hermano Ronaldo Muñoz sscc. Estando ahí tuve la oportunidad de ir a la cárcel de Temuco y conversar con uno de los comuneros mapuches en huelga de hambre, Sergio Catrilaf; estaba sereno, con una clara convicción de lo que estaban haciendo, me pareció lúcido, aunque débil físicamente por el tiempo transcurrido. Esperan un acuerdo con el gobierno y piensan que en el caso de ellos el uso de la ley antiterrorista es una discriminación, porque a otras personas que cometen los mismos delitos se les aplica la ley común. Pienso que tienen razón, no creo que sean terroristas y pienso que como país tenemos una deuda histórica con su pueblo que aún no ha sido zanjada y debemos asumirlo con gran seriedad y responsabilidad. Sergio me dijo: nosotros no tenemos nada que celebrar por el nacimiento de la república de Chile, porque fue ésta la que cometió los mayores atropellos con nosotros al desconocer los acuerdos que el pueblo mapuche había establecido con la corona española.

Tenemos 32 mineros chilenos bajo tierra (el número 33 es un hermano boliviano) y 32 mapuches en huelga de hambre (que podrían aumentar), estamos haciendo todo lo posible por salvar la vida de los primeros, hagamos lo mismo con los segundos. Me consta que el obispo de Temuco, Manuel Camilo Vial, está activamente preocupado por ellos. Caminemos con consistencia hacia el diálogo y el reconocimiento, haciendo posible la construcción de un país de hermanos, un país donde asumiendo las diferencias podamos sentarnos a la mesa común, la mesa del Reino, la mesa de Jesús. Peucayal peñi lamgen (hasta pronto hermanos y hermanas).

6 comentarios:

  1. Padre Matías:

    Me agrada leer de alguien tal vez tan ajeno a la realidad mapuche, tanta empatía. Yo al igual que usted, me crie muy lejos de la tradición mapuche pero viviendo en carne propia mucha de la segregación que conlleva tener un apellido índigena. Es cierto lo que dice, “Tanto fue así que muchas personas pertenecientes a estas etnias escondían su origen, cambiaban sus nombres, dejaban de usar su idioma y de expresar su cosmovisión a través de sus ritos. Fueron absorbidos por una cultura dominante, que los atomizó y los negó”. Nos faltó educación, nos faltó fortaleza y un poco de orgullo de nosotros mismos, nos “invisibilizaron” pero tambien los mapuches lo permitieron ¿Por qué nos creimos que por ser “indios” no eramos capaces de nada?.
    Hoy despues de muchos años, nacio una generación que esta dispuesta a detener la extinción, a recuperar las tierras perdidas, a promover el reconocimiento, sin embargo, desde mi humilde opinión el camino es el errado. Cuando veo las noticias, pienso ¿Para qué? Porqué quemar bosques, porqué agredir, porqué contaminar una causa tan noble con violencia. Quizás soy yo la poco pasional, no me verá ni para esto, ni para ninguna otra cosa protestando en la calle.
    En relación a la huelga de hambre de los comuneros, me parece una medida extrema, pero considerando que de otra manera ningun medio de comunicación hubiese difundido el tema, es algo válido. Ojala alguien este dispuesto al dialogo necesario, hoy escuche que los llevaron al hospital... trágico, que quieran forzar las medidas de soporte vital en vez de sentarse a conversar.
    En resumidas cuentas, es cierto. falta reconocimiento, respeto y tantas otras cosas, pero en vez de buscar la separación, lo que a mi me parece es que debieran luchar por tener representación en el congreso, en el senado, presionar por leyes antidiscriminatorias estrictas, que sancionen en serio y no a medias como todo lo que se hace en este país. Y fundamentalmente, debiesen entregar un petitorio claro de que proponen para solucionar el problema, si usted va por la calle y le pregunta a Fulano ¿Cual es la razon del conflicto mapuche? No tiene idea, y si la tiene claramente no es la real. Contextualizarse en el tiempo, no es la colonia y hay 15 millones de chilenos que conviven con los mapuches ¿Por qué debiese existir un país dentro de otro?.
    INTEGRACIÓN, esa es para mi la solución a los conflictos y tal vez sea porque soy una más entre los mestizos de este país.
    Saludos padre, este tema es complejo y le pide la opinión a la persona menos clara del planeta, pero espero sea de algun aporte.

    Ma. Luisa

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  2. MATIAS AGRADEZCO ESTA INSTANCIA PARA PODER CONVERSAR ACERCA DE NUESTROS QUERIDOS MAPUCHES,QUE TAN MAL LO ESTAN PASANDO CON SU HUELGA DE HAMBRE.TUVE LA OPORTUNIDAD DE VISITAR A SERGIO CATRILAF EN LA CARCEL CON UN GRUPO DE HERMANOS MAPUCHES,AL IGUAL QUE TU LO VIMOS SERENO Y LUCIDO, CON GANAS QUE HAYA UNA MESA DE DIALOGO CON EL GOBIERNO,PARA REFORMAR LA LEGISLACION Y LOGRAR LA JUSTICIA.
    SEÑOR TE PIDO LE DES LAS FUERZAS Y LA SALUD QUE TANTO NECESITAN,Y TAMBIEN TE PIDO SER SIEMPRE CONSECUENTE CON LAS ENSEÑANZAS QUE OBTUVE DEL AMADO PADRE RONALDO QUE TANTO AMABA Y RESPETABA AL PUEBLO MAPUCHE.

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  3. Estimado P.Matías:
    Concuerdo con el análisis, salvo en que si los ataques incendiarios que hicieron, por los que se les aplica la ley antiterrorista, los hicieron con el fin de causar terror, no serían delitos comunes, sino terroristas. Otra cosa es si las penas contempladas son excesivas... o si pudieran ser lícitos para llamar la atención (pero no veo a Jesús es esa).

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  4. Me causa extrañeza que sea muchísimo más fácil integrarse a Chile para los extranjeros que para los DUEÑOS DE CASA. Mi familia es una mezcla d varias partes dl mundo de la cual soy, en la mayoría de las "vertientes", segunda generación nacida aquí y pese a haber recibido educación de otras culturas, nunca me ha interesado tener alguna d las otras nacionalidades a las cuales puedo optar. Sin renunciar a mi mezcla, me considero una ciudadana del mundo nacida en Chile y esté donde esté no tengo reparos en decir que soy chilena.
    Con lo d los mapuches me da la sensación d habernos "tomado" el país y haber olvidado-renunciado intencionalmente a parte de nuestra historia, herencia y orígen. No celebré el bicentenario porque casi m pareció una falta de respeto ante el dolor de parte de nuestros ancestros. Además, entre terremoto-maremoto, mineros enterrados y mapuches en huelga de hambre, creo q el bicentenario fue más bien d santiago q de Chile. Me vestí d negro y usé adornos mapuches porque creo q con nuestra actitud estamos,literalmente, matando parte de nuestras raíces y un árbol sin sus raíces sanas no da buenos frutos.

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  5. ME ENCANTÓ EL ARTÍCULO.GRACIAS!
    ME PARECE VERDADERAMENTE IMPORTANTE Y SORPRENDENTE QUE EN LA PÁGINA, NO HUBIERA UNA NOTA SOBRE LA DETENCIÓN QUE SUFRIERON, NUESTROS HNOS RELIGIOSOS, DE ÉSTA Y OTRAS CONGREGACIONES... NO ES UN HECHO MENOR.
    ESTABAN SÓLO LLEVANDO UNA PANCARTA, APOYANDO LA RESISTENCIA DEL PUEBLO MAPUCHE, CUANDO FUERON SACADOS DE LA MARCHA, LLEVADOS Y DETENIDOS...
    ANA (MERLO-MORENO)

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SS.CC. DEBATES. Gracias por compartir tus comentarios.