miércoles, 12 de agosto de 2009

SER CRISTIANOS

¿Importa que los cristianos sean mayoría?

Por Pablo Fontaine sscc

A menudo discuto, en los colectivos de mi ciudad (que constituyen el principal foro de esta Atenas del sur) con algunos pasajeros que dicen: “Qué mala está la juventud”, como si de un día para otros los jóvenes se hubieran puestos malos, y esto sin responsabilidad alguna de los adultos.

Por supuesto que los jóvenes no son blancas palomas, pero nosotros les vamos dejando un mundo donde no es nada fácil navegar en el viaje humano.

Esto es lo que han encontrado: una técnica que invita a la satisfacción inmediata de los deseos y caprichos. Por lo mismo una generación que sólo ve el presente y deja el futuro en la sombra, por lo que no quiere prever ni tomar compromisos. Una mentalidad que valora sobre todo el tener cosas y el dinero para obtenerlas. Una vida locamente acelerada, lo que en parte es consecuencia de lo anterior. Unos hogares en que todos trabajan y los hijos quedan solos. Una mentalidad “permisiva” que, entre otros efectos, produce niños sin padres. Una generación de padres que no vislumbra lo trascendente y que, por lo tanto, no se motiva ni motiva sino para el aprovechamiento material del presente. Frecuentes casos de corrupción en servidores públicos de quienes se podía esperar la máxima honestidad. Una cantidad de jóvenes empobrecidos que miran desde la TV cómo otros pueden estudiar, brillar, luchar por ideales grandes y ser reconocidos en su dignidad.

De todo eso resulta la falta de sentido para vivir, muchas veces expresado con todas sus letras por los jóvenes: “¿qué sentido tiene vivir?”. Y así quedan con la impresión de que todo da lo mismo y aparece la frustración y la depresión, la violencia y la falta de amor. Entonces se buscan remedios. Algunos los ponen en el aumento de cárceles, castigos y rejas.

Hay jóvenes que van abriendo los ojos a otra realidad más plena. Ellos y muchos pensamos que al mundo le falta el pan de vida o la sal de la tierra. Falta que muchos o pocos den testimonio de Jesús con el corazón ardiente, sobre todo ante el mundo pobre y juvenil. Es la tarea primera de las parroquias. Y la formación de gente que haga eso, es la justificación de los colegios caros. No le da lo mismo al mundo juvenil que se le muestre o no la persona de Jesús. No importa que los cristianos no sean mayoría; tampoco importa que los religiosos sean pocos. Ahí no está la debilidad del catolicismo. Habría debilidad y decadencia si no existiera un grupo de hombres y mujeres entregados en cuerpo y alma a Jesús y a la gente. Estamos nuevamente en el Imperio romano. En ese entonces, un puñado de creyentes dio su vida por afirmar que Cristo vive y trae un reino nuevo, dio su vida para decir que otro mundo es posible.

No sé si es útil pedir tantas veces que haya vocaciones sacerdotales. No sé si hay que vivir en esta vorágine de planificaciones y orientaciones pastorales de nuestra Iglesia. Pero sé que necesitamos anunciadores de la Buena Noticia que sean jóvenes de oración; capaces de animar comunidades fraternales; incansables para llamar a la juventud pobre a dejar todo desaliento y levantar el corazón, con la mirada puesta en Jesús. Es el caso de recordar una vez más a Karl Rahner anunciando que, en este siglo, el cristianismo o es místico o no es.

La forma de catolicismo que se vivió hasta mediados del siglo XX se derrumbó rápidamente. Tal vez en sus finales ya había mucha cáscara vacía. No hay por qué añorarla. En un mundo tal vez menos católico, o menos cristiano o menos religioso, y hasta menos humano, con una juventud que se muestra como promesa y desafío, todo está por hacer y la vocación cristiana es como nunca apasionante.

9 comentarios:

  1. Pablo, me parece un excelente artículo. Aterrizado, escuchante de la realidad, esperanzador y, por sobre todo, movilizador. Por mi parte cada vez me convenzo más de que nuestra actual pequeñez es pura gracia de Dios, eso nos presenta la oportunidad de reafirmar nuestras convicciones y asumir la vida con aquel fuego devorador. Creo también que es urgente unirse a otros y otras que, si bien pueden ser no creyentes de manera explícita, luchar y buscan construir ese "otro mundo posible" que apremia hoy más que nunca. Si nos quedamos encerrados lamentándonos de los pocos que somos asi mismo nos vamos a morir. Es tiempo de abrazar decididamente los riesgos que implica la causa del Reino, aunque nos cueste.....
    Nuevamente gracias por el texto.

    Francisco de ferari

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  2. Gracias Pablo por tu pasión, que es la de Jesús, pasión por el Reino, pasión por la humanidad. Comparto tu mirada y pienso que hoy la opción por los pobres debe encarnarse en la opción por los jóvenes. Para esto es necesario que haya adultos maduros, consistentes (dentro de la fragilidad que todos tenemos) capaces de acompañar procesos de búsqueda y de contener afectivamente sin generar dependencia, sino que encaminando verdaramente hacia la libertad. Libertad querida por Dios, que es la libertad del amor ("Ama y haz lo que quieras", S. Agustín), que fue y es la libertad de Jesús. Y para ello como tú dices necesitamos profunda espiritualidad, renovada, orante, de ojos abiertos, que nos permita reconocer al Señor en la historia, e interpretar su palabra en la brisa suave ( y a veces tormentosa) de los tiempos que corren.
    Un abrazo, y gracias, Matías sscc.

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  3. Miles de gracias Pablo por el texto,
    concuerdo con Francisco y creo que
    el amor pro-existente (como el de Jesús,
    como el de Dios y su Espíritu), el amor que
    se da apasionadamente transforma al mundo
    desde lo pequeño, lo cotidiano y lo sencillo.
    Una niño sonriente apaga 10 cárceles
    deshumanizantes!
    Muito Obrigado

    Pedro Pablo

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  4. Me parece que no hay una concreción histórica del catolicismo o del cristianismo de la que podamos estar satisfechos. Todas son imperfectas. Y, sin embargo, hay signos del Reino por aquí y por allá, que cristianos y otras personas van sembrando. Eso es lo que importa, personas y grupos que ayudan a construir un mundo mejor y creyentes que dan testimonio de la primacía de Dios. Ojalá sean más, a mí me gustaría que fueran más, y por eso hay que trabajar. Pero en lo que respecta a lo que ahora nos toca hacer, no importa el número, lo que importa es la entrega con toda el alma, con todo el corazón. Sergio.

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  5. Me parece que no hay una concreción histórica del catolicismo o del cristianismo de la que podamos estar satisfechos. Todas son imperfectas. Y, sin embargo, hay signos del Reino por aquí y por allá, que cristianos y otras personas van sembrando. Eso es lo que importa, personas y grupos que ayudan a construir un mundo mejor y creyentes que dan testimonio de la primacía de Dios. Ojalá sean más, a mí me gustaría que fueran más, y por eso hay que trabajar. Pero en lo que respecta a lo que ahora nos toca hacer, no importa el número, lo que importa es la entrega con toda el alma, con todo el corazón. Sergio.

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  6. Muchas Gracias Pablo por el aporte, como dicen los compañeros se agradece lo esperanzador del texto. Creo que nuestra "socialmente" catalogada debilidad tiene la dificil tarea (en el contexto actual) de hacernos libres, debemos asumir la fragilidad como creativa posibilidad y no como limitadora.

    "DONDE DOS O TRES ESTÁN REUNIDOS
    EN MI NOMBRE, ALLÍ ESTOY YO
    EN MEDIO DE ELLOS” (MT 18,20)"

    Muchas Gracias,
    Ignacio Sanfurgo.

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  7. no todo que dice señor señor entrara el reino de los cielos si no que quien hace laq voluntad de el padre recomiendo antes de hacer un articulo en nombre de nuestro SR JESUCRISTO ANALISEN SUS VIDAS y que ejemplo dan ustedes los hermanos laicos y preofesos como mujer de DIOS la palbra de DIOS dice sed santo por yo soy santo dice sed imitadores de mi escribo con propiedad todo esto es bueno que se realizen un examen de conciencia

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  8. Que buen espacio para compartir esperanzas, especialmente cuando se mira alrededor y se ve poco a Jesús... pero claro no hay que buscarlo tanto hay que vivirlo, mostrarlo.
    No es es excusa que somos pocos, al contrario es lo que nos tiene que motivar para que Él sea el centro de nuestras vidas y así se contagien otros.
    Gracias Pablo por tu forma simple de hacernos volver a lo escencial.
    Deborah

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  9. Mmmmmm, me parece que el artículo más bien mira el vaso medio vacío.
    Es cierto que hoy existen desafíos, pero acaso ayer fue mejor? Trabajan los padres, es cierto, pero tras eso ¿no está la amancipación de la mujer y un mundo más igualitario?; el dasafío, compatibilizar trabajo y familia, pero este fenómeno también estaba presente ayer. ¿Acaso no era la figura materna la encargada de la crianza? ¿Y dónde estaba el padre? Hoy, más que nunca, la figura masculina cobra un papel relevante en el crecimiento de los hijos.

    Lo otro. En materia de derechos humanos, nunca como hoy se da una mayor conciencia sobre su respeto y promoción. Ayer no era tema la discriminación racial o de género, el trabajo infantil, pluralismo político, etc.

    Es cierto, siempre hay desafíos que deben ser enfrentados, pero en la propuesta del autor hay una lectura de la realidad que pone su acento en las sombras. Sin embargo, y en eso estoy seguro, hoy hay mayor luminosidad que ayer.

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SS.CC. DEBATES. Gracias por compartir tus comentarios.