Por Edmar
Aparecido sscc*
“La elección de un
metalúrgico para la presidencia de la república, pareciera la prueba de la
democracia conquistada en Brasil. Pareciera...
Revista: “Carta Capital”(07/09/2016)
En el último 31 de agosto nuestra democracia fue herida
por un golpe parlamentario horrendo. Lo que ya había empezado con los diputados,
fue entonces confirmado por la mayoría de los senadores. Pero cabe una
pregunta: ¿por qué la presidenta de la república fue impedida de ejercer sus
funciones? Para comprender un poco esta situación se hace necesario puntualizar
unas cosas, siendo la más grave de todas que no hay “crimen de responsabilidad”
como ellos dicen. Tal crimen se
configura cuando un gobernante utiliza del dinero público de los bancos
estatales para suplir las cuentas de los ministerios, siendo que este dinero debe
ser restablecido en tiempo hábil y toda tramitación debe ser aprobada por el
parlamento. Pero esto es un acto utilizado por todos los presidentes anteriores.
Y lo agravante es que dos días después de la condenación de Dilma, los
diputados aprobaran una ley que permite tal acto, o sea, no fue por este acto
que ella fue juzgada sino que este fue un intento de dar un rostro de “legalidad”
al golpe parlamentario. Es verdad que no todo fue perfecto en esos 13 años de gobierno
del partido de los trabajadores, pero también es verdad que se develaron estos
actos porque el gobierno dio al Ministerio Público y la Policía Federal amplio
apoyo y principalmente libertad para actuar, investigar y llevar a la cárcel
los culpables por corrupción. Es la primera vez en la historia de nuestro país que
vemos políticos, empresarios billonarios, grandes personalidades siendo
juzgadas y condenadas, parecía entonces que la corrupción que desde la colonia venia
destruyendo nuestros bienes iba llegar al fin, pero no.
Desde que llego al poder el Partido de los Trabajadores con el presidente Lula, el Brasil cambió mucho. El acceso a la universidad por parte de los pobres, el empleo en gran escala, la valoración del sueldo mínimo, la creación de la ayuda a las familias más pobres con la “Bolsa familiar” que es un proyecto social en el cual las familias más pobres reciben del gobierno un dinero mensual para su sustento. El acceso a la salud, educación, cultura y bienes sumado a grandes conquistas sociales. Pero desde entonces los que tenían el poder desde siempre nos hablaban que nuestro país era pobre, que no podríamos acabar con la deuda del FMI, que quien nació pobre iba morir así, entre tantas cosas mas no aceptaban que su poder y sus intereses particulares estuvieran amenazados. Entonces de un día a otro se fue organizando este golpe que ahora se ha concretado, que no es sólo contra la presidenta Dilma y sus 54 millones de electores sino contra toda nuestra nación, contra los derechos conquistados por las minorías, el progreso social y la inclusión de los últimos años.
Hoy en Brasil tenemos un medio de comunicación llamada
Globo, que manipula en favor de los grandes. En este sentido existe un grupo de
políticos que, por miedo a las investigaciones de la Policía Federal que estaba
descubriendo muchas muchos robos y desvíos de dinero público, muchas obras que se
pagaban por sobre su valor original, etc. Muchos de los paramentares están envueltos en estos casos, por eso han
inventado un golpe terrible para tomar el poder con mentiras, y lo peor ya empezaron
a quitar muchos derechos, en especial, a los trabajadores. Hay una sensación de
que se ha “terminado la corrupción”, pues se están cerrando las investigaciones,
los jueces que antes estaban todo el tiempo en la televisión culpando el
gobierno de Dilma hoy ya ni aparecen.

*Edmar Aparicio es hermano profeso de los Sagrados Corazones, perteneciente a la Provincia de Brasil.
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